miércoles, 11 de marzo de 2015

Ixa ASAP itzulita, traducción terminada

Azkenean, bukatu dut itzulpena. Kostata baina tira, pena merezi duela uste dut. Eta hemen lagina txiki bat, euskaraz utzitako laginaren itzulpena gutxi gora behera. Azkeneko errebisioa falta da oraindik, baina tira, asko ez da aldatuko nire ustez.

Por fin, traducción terminada. Me ha costado, pero creo que ha merecido la pena. Y os dejo aquí una pequeña muestra, el trocito de muestra que ya habia dejado en euskera. Falta la última revisión todavia, pero no creo que vaya a cambia mucho a estas alturas.

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Siempre tengo una excusa preparada, pero ayer tuve un problema de verdad. Nadie quiere pagar en metálico en una tienda de informática, y si se ha estropeado el aparato para pagar con tarjeta, es casi como tener la tienda cerrada.
-       ¿Te refieres a este datafono?
-       Si.
-       ¿Este que tienes en el mostrador?
“¿Pero no ves que sí, pedazo de imbécil?
-       … Sí.
-       Si lo arreglo, ¿te vienes a tomar unas cañas?
Keep Calm and THINK!  Qué pedazo de fanfarrón. Era un farol… ¿o no? Sentí el peligro cerca, pero después de un día entero en blanco por culpa de la dichosa avería, estaba desesperada. Y a decir verdad, me moría de ganas por beberme una cerveza.
-       Claro que sí, Koldo, claro que si
Aquél fue mi órdago a destiempo, el preludio de mi fracaso. Se acercó lentamente al datafono y lo alzó con su mano izquierda. Con la diestra, agarró el cable que conecta el aparto a la línea. Yo le sonreí desafiante. Era lo primero que había comprobado, que la conexión del cable al datafono no se hubiese aflojado. Parecía un Espagueti Western. Koldo, el malhechor, con su descuidada y sucia barba de dos días oscureciendo el rostro me amenazaba apuntándome con el datafono. Y yo, la sheriff del pueblo, repasando mentalmente todas las posibilidades: batería ok, contrato con el banco ok, línea telefónica ok, internet ok. Koldo, en cambio, me devolvió la sonrisa y empezó a recoger lentamente el cable. ¡Imposible!
“Es imposible, no será que…” y en ese instante, las primeras gotas de sudor frío resbalaron por mi espalda mojando mi camiseta corporativa. Koldo tenía una oportunidad en nuestro particular duelo, pero era improbable…
-       Ixa, creo que me debes una caña. Aquí tienes el origen del problema en mi humilde opinión. El cable no está conectado a la pared.
Me escupió la frase disfrutando de cada palabra, ofreciéndome la punta del cable que debería estar conectada a la pared con la mano derecha.
¡Qué vergüenza! Me ruboricé al instante, toda la sangre de mi cuerpo se concentró en mi cara, haciéndome casi perder el conocimiento. Todas las vitrinas que tengo en la tienda para enseñar los aparatos que tengo a la venta, me decían a gritos que mi cabellera rubia resaltaba de forma notable mi cara de tomate, y tal era mi estado que no fui capaz de inventarme otra excusa. Estaba muy segura de mi misma y hacia mucho que no revisaba mi manual de “mil y una excusas para dar calabazas a tíos pesados”.
Una vez en el bar, la primera cerveza me la bebí de un solo trago. Me encanta la cerveza fresquita, y ayer la necesitaba con urgencia. Fue un día largo y difícil, y fue la forma que encontré para apagar el brasero en el que se había convertido mi rostro.
Pero tal vez porque bebí demasiado rápido, o porque antes de comenzar a beber no había comido nada en horas, o porque la cerveza estaba muy fría, o ¡quién sabe! Puede ser que otra opción, tal vez, vete tú a saber, es una simple teoría, porque me había bebido diez o doce cervezas, comencé a sentirme algo mareada, (suelo perder la memoria y la capacidad de contar de forma exponencialmente proporcional a la cantidad de cerveza consumida, ¿debería ir al médico?). Incluso Koldo me pareció una persona agradable, con conversación interesante, parloteando temas de mi interés (es decir, zombis, java, arduino, placas base, DoS, annonimous… si, no tenéis ni idea de qué estoy diciendo, lo sé, no me lo tengáis en cuenta), y qué demonios, ¡empezaba a pasármelo bien! El estratega desarrollaba el plan elaborado durante las ciento seis anteriores derrotas sin que yo me diese cuenta.
No me preocupé en el momento, pero su brazo abrazaba mi cintura. Al darme cuenta de que tenía las defensas desactivadas comencé a escanear el entorno con la ayuda de las tres únicas neuronas que no estaban de fiesta. No entendía qué estaba pasando. Con veinte cervezas sobre la mesa, la mitad + 1 mías seguro, y el brazo de Koldo en mi cintura, sentí como su mano bajaba torpemente, empujada seguramente por la ley de la gravedad, a investigar si vestía tanga o braga faja.
Puede que la garantía de ambas hubiese expirado, o más probablemente porque yo siguiese empinando el codo, pero en un momento, ¡Plof! Dos neuronas sanas fundidas, solo una para defenderme. Koldo, valiéndose de habilidades JEDI aprendidas en el lado oscuro, sitió la perturbación en la fuerza y sin ningún miramiento se lanzó al ataque. Pero una única neurona de Ixa, es más que suficiente para ejecutar el protocolo de seguridad MADI (Mecanismo Automático de Defensa de Ixa) . En cuanto me tocó la teta izquierda, le di cinco razones de peso para reflexionar sobre los problemas que podía tener si seguía adelante con su estrategia. Hablo, como no, de las cinco marcas que los dedos de mi mano derecha habían impreso en su moflete izquierdo, un grabado impecable. Y con un impresionante efecto de sonido en  Dolby Surround 5.0 en el preciso instante en el que la música del bar hacía una pausa.

Terriblemente avergonzada, mi cara se sonrojó una vez más imitando a la perfección la luz roja de un semáforo. En ese bar me conocen, (esto… me conocían, conocían es el tiempo verbal adecuado) y mientras huía del lugar, tuve que esquivar los aplausos y las carcajadas que sonaban en el ambiente junto a mi nombre, vitoreado por la multitud. La borrachera quedó olvidada junto a mi abrigo dentro del local, pero creo que la pérdida del abrigo es un daño colateral ínfimo a cambio de no volver a pasar tanta vergüenza.

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